FAQS

La HDD puede ser una modalidad de tratamiento apta para casi todos los pacientes, pero existen una serie de criterios que determinan si es posible/recomendable o no. Cada caso es valorado por el equipo de profesionales responsables de los programas de HDD, es decir nefrólogos y enfermería, los cuales evaluarán la necesidad de la presencia de un acompañante, características de la vivienda, etc. Lo más importante es la responsabilidad que adquiere el paciente a la hora de llevar las riendas de su tratamiento, tomando el control de su enfermedad y fomentando su propio autocuidado.

Básicamente los riesgos de la HDD son los propios de la HD, como por ejemplo las hipotensiones y las infecciones. En el caso de la HDD corta diaria, el riesgo de hipotensión arterial es mucho menor, pero es necesario saber como manejar este tipo de situaciones en cualquier caso. El riesgo de infección puede ser superior, pero se minimiza siempre y cuando el paciente siga una serie de normas de higiene y asepsia, que le serán pautadas por el equipo responsable de su entrenamiento.

Por otro lado los riesgos más graves son:

  • Todos los monitores de HD cuentan con sensores de aire que paran inmediatamente el tratamiento en caso necesario o de emergencia.
  • Pérdida de sangre. Se puede producir en el caso de que una aguja se salga de su sitio de inserción. Esta situación se resuelve con un buen entrenamiento, por ejemplo, fijando muy bien las agujas.

Para aquellos que desean o puedan trabajar, mantener un estilo de vida activo o simplemente un horario de tratamiento flexible, la HDD es una opción muy práctica para poder llevar a cabo el tratamiento necesario con una menor interferencia en las actividades de la vida diaria. Otro de los grandes beneficios aparece con los sistemas transportables que permiten a los pacientes viajar con su propio equipo, sin la necesidad de buscar un centro para dializarse durante los desplazamientos, aportando una intimidad e independencia que contribuye a mantener la calidad de vida.

Asimismo, existen una serie de beneficios descritos anteriormente derivados del tipo de pauta de tratamiento, es decir, sesiones de HDD más cortas y frecuentes.

Lo habitual es que los pacientes se vayan a casa con cualquier tipo de acceso vascular, siempre y cuando sea funcionante y hayan sido propiamente entrenados por su centro. No obstante el acceso vascular preferible siempre será una fístula arterio-venosa; pudiendo realizarse canalizaciones más fáciles como la punción en Buttonhole con agujas romas.

Los tratamientos pueden llevarse a cabo sin la necesidad de acompañante. No obstante, es recomendable que la pareja u otro familiar conozcan la técnica de diálisis ante cualquier incidencia. Este hecho no es una condición imprescindible. Los pacientes que viven solos también tiene derecho a poder disfrutar de las ventajas de la HDD, si así lo desean.

Estos requisitos actualmente son mínimos con los monitores existentes que se adecuan al tratamiento domiciliario y que son capaces de purificar el agua potable del grifo para generar líquido de diálisis, o bien se pueden emplear bolsas estériles de líquido preformado.

Dependiendo de la pauta de tratamiento y del equipo que se utilice, la necesidad de almacenamiento es algo a tener en cuenta. Para aquellas personas que no dispongan de mucho espacio, las casas comerciales pueden realizar envíos más frecuentes para que no se acumule material de forma innecesaria.

Lo ideal sería no tenerlas, ya que entrañan un riesgo añadido de infección. Si el paciente tiene mascotas, debe tener la precaución de no dejarlas entrar en la habitación donde se realiza la hemodiálisis. En cualquier caso, esta situación ha de ser valorada por el centro prescriptor.

Este aspecto depende de cada centro. Es habitual es que de forma periódica tenga que visitar el hospital para que realicen las pruebas y controles analíticos necesarios, además de mantener el contacto para la correcta evolución clínica.

Cada hospital o equipo de HDD trabaja de forma diferente. Los pacientes son entrenados por enfermeros especialistas en nefrología durante el tiempo que sea necesario, ya que cada individuo es diferente y existen otros factores añadidos, como por ejemplo el tipo de acceso vascular. Además, dependiendo del tipo de máquina que se utilice, este periodo de aprendizaje puede variar.

Existen varios trabajos que indican que de media este tiempo puede variar de 3 a 8 semanas con equipos transportables y algo más con sistemas o máquinas tradicionales. Algunos ejemplos de actividades a llevar a cabo durante los entrenamientos son:

  • Preparación de equipo y materiales
  • Manejo del acceso vascular
  • Preparación del monitor
  • Control de constantes vitales
  • Registro de datos de tratamiento e incidencias
  • Limpieza y desinfección de equipamiento y sala de tratamiento
  • Control del stock de material y fungible
  • Resolución de alarmas más comunes
  • Manejo del tratamiento de aguas.

El centro formador se encargará de facilitar al paciente un número de teléfono donde será atendido por un profesional. Las casas comerciales colaboran con los centros ofreciendo servicios de atención al paciente, dirigidos por enfermeros especialistas en HDD, los 365 días del año.

Dependiendo del tipo de máquina de HDD, el registro de los datos de cada tratamiento quedará grabado para que el nefrólogo pueda valorar los mismos cuando deseé. Aun así, es habitual el registro de esta información (tensión arterial, peso, hora de conexión, presiones, etc) por parte del paciente o del acompañante, y para ello será entrenado correspondientemente.

El paciente se lo notificará a la unidad de hemodiálisis de la que dependa y esta o bien le buscará un centro de hemodiálisis cercano al lugar del viaje o bien en caso de equipos trasportables, el paciente podrá viajar con su propio monitor de HDD si así lo desea, encargándose la casa comercial de hacer llegar el material necesario a su alojamiento.

Como con cualquier otra actividad necesaria en el proceso de la HDD, el manejo del acceso vascular es clave para el éxito del mismo. Cada paciente es entrenado para conocer y manejar de forma adecuada su propio acceso vascular.

Por otro lado, existen formas diferentes para abordar la fístula, y una de ellas es la técnica en ojal (buttonhole); el profesional de enfermería responsable de la formación del paciente, usa agujas de HD tradicionales (biseladas) durante un número de sesiones determinado (de 6 a 12 aprox.), para crear dos túneles de tejido cicatricial. A partir de aquí, empiezan a usarse agujas romas, cuya principal característica es que producen menos dolor lo que facilita la autopunción.