Qué es la ERC

Hemodiálisis en casa

¿Qué es la ERC?

Los riñones realizan una serie de funciones vitales, dentro de las cuales están la de filtrar la sangre y eliminar productos de desecho, controlar la tensión arterial, prevenir la anemia y mantener los huesos fuertes. Ayudan también a mantener el nivel de líquido corporal, a través de la fabricación de orina y la regulación de sustancias tan importantes como el potasio, el calcio, el sodio y el fósforo.

Se denomina enfermedad renal crónica (ERC) al deterioro gradual de la función renal, progresivo e irreversible que aparece en el transcurso de meses o años. Después de un largo periodo de tiempo se reduce a un estado en el que los riñones dejan de trabajar casi por completo. Este estadio se conoce como Enfermedad Renal Crónica Avanzada, situación que es independiente de la causa de la enfermedad renal y que va a necesitar un tratamiento nefrológico específico.

La definición que aparece en el documento marco sobre la ERC del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad es la siguiente:

LA ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA ES UN TÉRMINO GENÉRICO QUE DEFINA UN CONJUNTO DE ENFERMEDADES HETEROGÉNEAS QUE AFECTAN LA ESTRUCTURA Y FUNCIÓN RENAL.

En Nefrología, existen una serie de guías muy importantes para el desarrollo de la práctica clínica, entre las que destacan las llamadas KDIGO (Kidney Disease Improving Global Outco­mes) cuyoobjetivo es ofrecer una referencia actualizada para el diagnóstico, la evaluación, el manejo y el tratamiento del paciente con ERC.

Estas guías definen la ERC (independientemente del diagnóstico clínico), como la presencia durante al menos tres meses de una de las siguientes situaciones:

Filtrado glomerular (FG) inferior a 60 ml/min/1,73 m2.

Lesión renal, caracterizada por una serie de alteraciones estructurales o funcionales del riñón, que puedan provocar potencialmente un descenso del FG. Las guías explicitan que estas lesiones deben acompañarse de “implicaciones para la salud”.

Recientemente, las Guías KDIGO publicadas en 2013, han propuesto una nueva clasificación pronóstica de la ERC basada en una entrada doble por estadios de FG y por ls presencia de proteínas en el análisis de orina (conocida como albuminuria)

La definición de ERC atiende por tanto a la causa, al FG y a la categoría de albuminuria tal y como se ilustra en la figura. Se establece un código de colores que representa el riesgo de progresar a ERCA en los distintos supuestos, siendo el verde el de menor riesgo y el rojo el de mayor riesgo.

Se han descrito numerosos factores de riesgo de inicio y de progresión de la ERC, que, a su vez, pueden acelerar el desarrollo de la enfermedad renal hasta estadios avanzados.:

  • Condiciones no modificables: edad, sexo, raza, bajo peso al nacer.
  • Factores de riesgo potencialmente modificables, y que de forma directa o indirecta pueden inducir daño renal: hipertensión arterial, diabetes, obesidad, dislipemia (niveles altos de colesterol o triglicéridos), tabaquismo, hiperuricemia (niveles altos de ácido úrico), hipoalbuminemia (niveles bajos de proteínas y albúmina), enfermedad cardiovascular (tener enfermedades cardíacas o vasculares).
  • Alteraciones que aparecen en los pacientes con ERC y que pueden aumentar el riesgo de progresión a enfermedad renal crónica avanzada: anemia (descenso de la hemoglobina en sangre), alteraciones del metabolismo mineral (aumento en los niveles de calcio, fósforo u hormona paratiroidea) y acidosis metabólica (descenso de bicarbonato en sangre).

Según el Registro Español de la Sociedad Española de Nefrología, en su informe de Diálisis y Trasplante de 2016, muestra las siguientes conclusiones en relación a:

    Incidencia (número de pacientes que cada año desarrollan enfermedad renal crónica avanzada con necesidad de diálisis o trasplante):
    • Va en aumento desde el mínimo registrado en 2012.
    • La Diabetes Mellitus (DM) es la primera causa de enfermedad renal, suponiendo casi la cuarta parte de los incidentes.
    • Se mantiene un aumento progresivo de la Diálisis Peritoneal (DP) como opción inicial de tratamiento, aunque continua lejos de la hemodiálisis hospitalaria.

    Prevalencia (número de pacientes que tienen enfermedad renal crónica avanzada con necesidad de diálisis o trasplante):
    • Sigue también en aumento, por encima de los 1.233 pacientes por millón de población (pmp).
    • El porcentaje de prevalentes con DM ha crecido un 1%
    • El 52,4% de los pacientes en terapia renal sustitutiva, lo están gracias a un trasplante renal.

    Trasplante:
    • España es el primer país del mundo en trasplantes renales con una tasa de 64,4 pacientes trasplantados por millón de población.

    Mortalidad:
    • Las causas cardiovasculares y las infecciones continúan siendo las más frecuentes tanto en las personas trasplantadas como aquellas que están en diálisis.

    La ERC

    ¿Cuáles son las modalidades de tratamiento?

    Existe un alto porcentaje de pacientes renales que alcanza la fase final de la ERC, y a partir de aquí la elección del tipo de tratamiento sustitutivo renal se hace necesaria para mejorar la calidad de vida y la supervivencia. La decisión sobre el tipo de tratamiento sustitutivo a elegir debe ser tomada, con el tiempo suficiente a lo largo de varias visitas, para asegurar que la elección tomada es la más adecuada según las circunstancias personales de cada uno.

    Diálisis

    En domicilio: Peritoneal/Hemodiálisis
    En centro sanitario: Hemodiálisis

    Trasplante

    Trasplante de donante fallecido
    Trasplante de donante vivo

    Conservador

    Hacer tratamiento
    conservador

    Este es un procedimiento establecido para eliminar los productos de desecho y el exceso de fluido de la sangre.

    Hay dos tipos principales de diálisis:

    • Hemodiálisis: La hemodiálisis (HD) es un procedimiento cuyo objetivo es reemplazar las funciones excretoras del riñón y corregir el desequilibrio hídrico. Para ello se necesita un acceso vascular (fístula o catéter) que permita el acceso al torrente circulatorio fácilmente. La sangre pasa a través de un filtro llamado dializador (riñón artificial), que elimina las toxinas y el exceso de líquido y, una vez limpia, regresa al cuerpo.
    • Diálisis peritoneal: Con el término de diálisis peritoneal (DP) englobamos todas aquellas técnicas de diálisis que utilizan el peritoneo como membrana de diálisis y su capacidad para permitir, tras un periodo de equilibrio, el paso de agua y solutos entre la sangre y el líquido de diálisis. La DP normalmente se realiza en el hogar varias veces al día o durante la noche.

    En ningún caso las técnicas de diálisis consiguen sustituir al 100% las funciones metabólicas y endocrinas que realizan los riñones sanos, por lo que aunque estemos en diálisis, deberemos seguir un tratamiento dietético y farmacológico.

     Se trata del tratamiento más efectivo en la enfermedad renal crónica avanzada, pero implica cirugía mayor y tomar medicamentos de por vida, que disminuyen las defensas para evitar que el cuerpo rechace el órgano del donante (inmunosupresores).

    Existen dos tipos de donantes:

    1. Trasplante de donante fallecido
    2. Trasplante de donante vivo

    Para que se pueda realizar el trasplante es necesario que el riñón del donante sea compatible con el paciente. Cuanto mayor es la compatibilidad, menores son las posibilidades de rechazo a corto y largo plazo.

    Es necesario saber el nivel de compatibilidad del paciente, y para ello se realizan una serie de pruebas previas al trasplante:

    • Determinación del grupo sanguíneo del paciente y compatibilidad con el donante.
    • Comprobar la compatibilidad de otros antígenos del sistema inmune entre paciente y donante.

    En los casos en que un paciente elige no dializarse y/o trasplantarse, bien por decisión propia o porque lo ha consensuado con sus familiares y su equipo nefrológico, continuará con un seguimiento médico recibiendo los cuidados necesarios que se adaptarán a su situación clínica. Es importante saber que la decisión no es irrevocable, es decir, que más tarde podrá modificarla y dializarse si así lo desea.

    Además de la edad, el estado o condición particular en la que se encuentra una persona en un momento dado, junto con otras enfermedades que puedan afectarle son los factores que determinan el pronóstico. En general, las personas que optan por un tratamiento conservador de la enfermedad renal tienen una supervivencia menor que los que se dializan, sin embargo la calidad de vida suele ser igual o superior.

    El tratamiento conservador no sólo es una opción inicial. Una persona que esté en diálisis o trasplantado también puede acceder a este tipo de cuidados, y tiene derecho a solicitarlo.

    Es recomendable que la decisión la tome la persona interesada, y que la notifique a su médico. Esto ayudará a los familiares, y al equipo sanitario, a tomar las medidas adecuadas en el futuro, respetando siempre la voluntad del paciente.